jueves, 6 de octubre de 2011

Adiós a Steve Jobs después de una "larga enfermedad" llamada CÁNCER DE PÁNCREAS

"Si vives cada día como si fuera el último, algún día seguramente tendrás razón.”. Esta es una hermosa frase que el mismo Steve Jobs citó en la tercera parte de su famoso discurso de la Universidad de Stanford en junio de 2005, y que tuve la suerte de escuchar hace ya 5 años. Allí él mismo anunció, ante las miles de personas congregadas en el campus, que tenía cáncer de páncreas. Y ese es el motivo por el cual hoy ha fallecido. Deduzco que kilos y kilos de tinta (y toneladas de bytes) se estarán desperdigando hoy por los medios de comunicación hablando del carisma de esta persona que, bajo mi punto de vista, ha dejado una huella importante. Y no me refiero a la compañía Apple o Pixar y a sus productos, sino a que ha sabido gestionar su imagen hasta el final, generando empatía y convirtiéndose en ejemplo para multitud de personas.



Muchas son las conclusiones y muchos los comentarios que se pueden desprender de este discurso, pero me voy a centrar uno: Steve Jobs ha sido una de las pocas personas que públicamente, no ha tenido reparos en anunciar que padecía un cáncer de páncreas, una enfermedad desgraciadamente común, pero que ha sido siempre condenada al anonimato desde los medios de comunicación, por deseo expreso de las familias o los mismos pacientes. ¿Por qué esta voraz censura? No hay más que echar una ojeada a la prensa cuando nos han dejado personas como Pepe Rubianes, Rocío JuradoJosé Antonio Labordeta, o la hermana de Artur Mas . ¿Qué tiene el cáncer que no pueda tener una insuficiencia renal, aparte de su devastadora acción?

Los medios de comunicación durante algunos años, siguieron por inercia el pacto silencioso que se había venido estableciendo a lo largo de los años de no nombrar a la enfermedad explícitamente. Sin embargo la sociedad y algunas de las personas que lo padecen o lo han padecido, empiezan a salir de su aislamiento y empiezan a hablar de él, e incluso lo han usado posteriormente. Ahí tenemos a José Carreras con su fundación, a Louis Amstrong con la suculenta campaña de las pulseras amarillas, o al mismo Hugo Chávez, un personaje rocambolesco que viene usando y usa los medios de comunicación para vestir su imagen de déspota en el paternal jefe de la nación venezolana, y que en este caso no ha tenido ningún tapujo en anunciar su enfermedad convirtiéndola, una vez más, en culebrón seguido al dedillo.

Los medios están perdiendo el miedo a hablar, a decir, a pronunciar. Y eso es bueno.

Sea como sea, esta pequeña reflexión (sobre la que hacía tiempo venía pensando) debe servir solamente como introducción a mi aplauso por Steve Jobs y por la filosofía que ha sabido transmitir al mundo hasta el final. No os perdáis el discurso que podéis leer íntegramente aquí, un discurso que, como he dicho, tuve la posibilidad de escuchar hace ya 5 años, y que hoy visualizo desde mi Iphone. Es una bonita lección de vida.

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